jueves, 14 de abril de 2011

Teórico Nº 4. "Diseño y discurso"

DISEÑO Y DISCURSO







Guía de lectura






DISEÑO.COM


Capítulo 5: “Diseño y discurso”






1. Modelo Funcionalista: “lineal”.


2. La comunicación como emisión de mensajes y como producción de sentido.


3. Instancias de emisión y de recepción.


4. Condiciones de producción y de reconocimiento.


5. Producción de sentido: producción de subjetividades.


6. Texto y discurso.


7. Semiosis y Semiosis Social.


8. Relación entre semiosis y semiosis social.


9. Semiótica Peirceana y Teoría de la Discursividad.


10. Pensamiento binario, binarismo opositivo, pensamiento triádico.


11. Modelo ternario.


12. Toda producción de sentido es social.


13. Todo fenómeno social es una producción de sentido.


14. Marca y huella.


15. Diseño y discurso. La materia significante.


16. Realidad y discurso social.


17. Lo verosímil.


18. Verosímil y verídico.


19. Contrato de veridicción.


20. La diferencia entre un diseño basura y un diseño de la basura.


21. Reciclado y revival: las diferencias como condiciones de producción y de reconocimiento de cada caso.


22. Las cuatro modalidades discursivas del reciclado.






TEXTO COMPLEMENTARIO OBLIGATORIO






Consideraciones sobre un gráfico de Eliseo Verón


Por Lic. Víctor M. Pezet Boeri




El gráfico de Verón desarrollado en la página 132 del capítulo 5 de La Semiosis Social, nos permite observar desde un punto de vista teórico procesos de producción de sentido en la red interdiscursiva.






El esquema se presenta de la siguiente manera:






Gráfico 1 Gráfico en versión papel






A través de éste, podemos visualizar las relaciones de un discurso cualquiera (Di), con sus condiciones de producción P (Di) y sus condiciones de reconocimiento R (Di). De esta forma, (Oi), será el objeto designado por el discurso (Di) evidenciando la noción ternaria de Peirce. Precisamente, es a través del pensamiento ternario del filósofo americano que Verón considera posible el desarrollo de lo que él denomina una Teoría de la discursividad o teoría de los discursos sociales.






Antes de detenernos en el análisis del gráfico precedente, resulta oportuno para nosotros realizar una adaptación del mismo de acuerdo a la disposición de la tríada de Peirce que acostumbramos a utilizar en la cátedra. Según nuestro criterio obtendríamos la siguiente representación:






Gráfico 2 Gráfico en versión papel






Este gráfico nos permite observar las categorías de primeridad, secundidad y terceridad planteadas por Peirce y consideradas por Verón para su desarrollo analítico. De esta forma, el representamen R de Peirce y el discurso (Di) de Verón comparten la primeridad por tratarse de la cualidad sensible; el objeto O de Peirce y (Oi) de Verón, la secundidad por aludir a lo existente, los hechos, y lo referencial; por último, el interpretante I de Peirce y las condiciones de reconocimiento R (Di) de Verón, la terceridad, aspecto que se refiere a las leyes, los conceptos y las representaciones. Esta última según la terminología propuesta en DISEÑO.COM para describir los procesos de semiosis social.






Retomando el gráfico 1, vemos que éste propone dos veces la tríada peirciana. De esta forma, Verón grafica de un modo claro el principio de semiosis ilimitada desarrollado por Peirce para comprender los modos de comportamiento del sentido en el plano de lo social. Justamente, es a través del análisis de los procesos sociales de producción de sentido donde puede comprenderse la construcción social de lo real. En términos de Verón, “es en la semiosis donde se construye la realidad de lo social” .






De acuerdo al desarrollo que venimos realizando y con el objetivo de ampliar de una manera más accesible el análisis del gráfico 1, a continuación adaptaremos el mismo según nuestro uso más frecuente en la cátedra:






Gráfico 3 Gráfico en versión papelTal como hemos visto en DISEÑO.COM, en un proceso de semiosis el interpretante de un signo es a su vez, otro signo que requiere él mismo de otro signo interpretante . Así, (Di) resulta interpretante de sus condiciones discursivas de producción P (Di). De este modo, (Di) se constituye en signo del nuevo proceso de semiosis, donde las condiciones productivas de reconocimiento R (Di) devienen como interpretante del discurso (Di). Las flechas explican esta relación que surge a un lado y al otro de la red semiótica.






En cuanto al objeto, Verón asume cierto riesgo al tratarlo como invariante. Es decir, que el objeto sea el mismo en su vínculo con el discurso (Di) y en su vínculo con las condiciones de producción P (Di). Si bien este aspecto invariante del objeto propuesto por Verón puede ser cuestionable, es cierto que teóricamente no hay ninguna razón para que dicho objeto no pueda permanecer de esta forma, ya que se trata de la noción de objeto y no de un objeto en particular.


En este punto del desarrollo ya puede vislumbrarse la importancia del concepto de discurso para el acceso analítico a la red de semiosis social. También se habrá comprendido que la red a la cual hacemos referencia está conformada por un entramado interdiscursivo. Es decir, tanto las condiciones de producción P (Di), y de reconocimiento R (Di) del discurso (Di), son también en su aspecto constitutivo otros discursos. El discurso (Di) es solo un fragmento, un punto situado de la red en sus condiciones productivas. Así, el acceso a la red por parte del analista, se realizará por medio de soportes materiales donde puedan ser identificadas configuraciones de sentido.


Un texto lingüístico, una imagen, una animación digital, etc., son material suficiente que al situarlos en sus condiciones de producción y reconocimiento constituirán un fragmento de la red de semiosis. Es decir, un discurso. La vinculación de ésta configuración de sentido con sus condiciones de producción y/o reconocimiento será establecido a través de las huellas que el sistema productivo deja en los discursos.






Para finalizar, un ejemplo procedente del arte puede ilustrar de una manera sencilla lo desarrollado hasta aquí. Resulta claro que el nacimiento del cubismo se debe entre sus factores más importantes a la influencia que Cézanne produjera a través de su obra. Allí donde Cézanne culminó su trabajo, los cubistas continuaron transitando el camino trazado por él. De esta manera, es posible pensar la pintura como un discurso en el sentido antes mencionado. A este respecto, cabría preguntarse, dejando intencionalmente de lado la idea de autor de la obra, cuáles son las marcas observables en la superficie del cuadro de Picasso “Las señoritas de Avignon” pensado como discurso, que lo vinculen a sus condiciones de producción y reconocimiento. Estableciendo esta vinculación, las marcas se convierten en huellas de uno u otro conjunto de condiciones. Es a través de este recorte semiótico que podrá verse claramente desde un punto de vista de la producción de sentido, la influencia de la obra impresionista de Cézanne en la producción cubista posterior.






1) Verón, Eliseo (1987): La Semiosis Social, capítulo 5, pag. 126. Barcelona, Gedisa.


2) Sexe, Néstor (2001): DISEÑO.COM, capítulo 2, pag. 45. Buenos Aires, Paidos.


3) Pintado por Picasso en 1907, es considerado el primer cuadro cubista.










TEXTO COMPLEMENTARIO OBLIGATORIO


El diseño como producción de sentido


Por Néstor Sexe


Vimos el concepto de semiosis como la relación triádica entre un representamen, el objeto y el interpretante. Luego, la de semiosis social como la relación entre discursos, acciones y representaciones. De ahí, podemos pensar el diseño como la relación entre lo sígnico, lo objetual y la estética. En lo sígnico incluyo aquello que es del orden comunicacional; en lo objetual, todo lo relacionado con la parte material del diseño (sustrato, color, tecnologías, etc.), por último, dentro de la estética aquello que es del orden de los imaginarios de estilos, tendencias, corrientes, moda, etc. El caso es que el diseño es un pensamiento singular que ve en el objeto lo técnico, lo comunicativo y lo estético, a la vez. Pero hay más, cualquier decisión diseñal de uno de estos aspectos se vincula siempre con los otros dos. Así, lo “comunicativo” tiene alguna implicancia técnica y estética, lo técnico incide en lo estético y lo comunicativo y, por supuesto, lo estético se vincula con lo comunicacional y técnico. Como he dicho muchas veces y se encuentra escrito por ahí: si uno de estos aspectos se constituye excluyente, estaremos en presencia de un comunicador, un técnico o un artista, pero no de un diseñador.


















PRIMERIDAD SECUNDIDAD TERCERIDAD






REPRESENTAMEN OBJETO INTERPRETANTE






DISCURSOS ACCIONES REPRESENTACIONES






COMUNICACIÓN TECNOLOGÍA ESTÉTICA










TEXTO COMPLEMENTARIO OBLIGATORIO


La bemba






Introducción:


Lo que sigue es un fragmento del capítulo “La bemba” del libro La bemba, Acerca del rumor carcelario, de Emilio de Ípola.


El 7 de abril de 1976 Emilio de Ípola fue secuestrado por un comando del Primer Cuerpo del Ejército. Veinte meses más tarde, al salir de prisión, escribió una primera versión de LA BEMBA, donde se dedicó a analizar el modo de funcionamiento de los rumores en la cárcel.


El origen de la denominación de estos discursos precarios y fragmentarios se remontan a las “radios-bembas”, informaciones que circulaban de boca en boca en Cuba antes de la revolución. En Cuba, la expresión “bemba” designa popularmente a los labios gruesos y prominentes. Por extensión, significa “rumor” o “versión”.


Transmitidas de celda en celda y de pabellón a pabellón, las bembas responden a la escasez de información y a las condiciones de reclusión padecidas por los presos políticos y comunes.






La bemba


Por Emilio De Ípola






“Para Pascua habrá 400 libertades”


“A fin de mes nos sacan los diarios”


“Van a negar pocos pedidos de salida del país”


“Hay bronca entre Massera y Videla”


“El de la 232 es tira”






Algunas bembas. Fragmentos de un discurso desarmado y precario. Frases transmitidas de celda a celda, de pabellón a pabellón, e incluso de prisión a prisión. Comentadas, elaboradas, transformadas, en los patios de recreos y visitas. Retenidas tenazmente algunas, rechazadas otras. Alimentos de la esperanza y, a veces, del miedo. Pero, por sobre todo, exorcismos contra la ignorancia, la desinformación y la incertidumbre. Los presos políticos las llamaban “bembas”. Son el tema principal de innumerables conversaciones y discusiones, son asimismo ocasiones ejemplares para ejercicio de las actitudes más opuestas: del escepticismo, tanto como de la ciega confianza; del humor, tanto como del severo análisis; del desprecio, tanto como del cálculo minucioso.






En todo caso, ningún preso político es ajeno a ellas. Ninguno ha dejado de verse atrapado en las complejas redes de esos rumores. Frases efímeras, frágiles y, sin embargo, irresistiblemente seductoras. Nadie ha dejado de “trabajar” las bembas, (de trabajar para ellas) ni, por lo tanto, someterse a sus duras exigencias. Prisioneros del Estado, los presos políticos lo son también, en parte, de esos discursos. En parte, solamente; las bembas también constituyen una forma elemental de resistencia contra la opresión carcelaria.


En este trabajo nos proponemos esbozar un primer análisis de ese fenómeno discursivo. Esto es: simplemente describir algunos aspectos de su producción, su circulación y su recepción en el interior del espacio y tiempo carcelarios.






En el caso de las bembas, circulación y producción van juntas. En su constante deambular, la beba se transforma y se matiza, se simplifica o bien se expande, de divide y bifurca, o bien se combina con otras. Dicho de otro modo, la bemba aparece como un fenómeno espectacular de “nomadismo discursivo”, cuyo tiempo de vida es exactamente equivalente a su tiempo de circulación. No hay bembas sedentarias, capaces de sobrevivir en el ámbito “inmóvil” de una memoria. A veces, para ser transmitida, una bemba debe ser escrita, pero el papel que la registra, una vez leído, es inmediatamente destruido. Como consecuencia de ello, las bembas son, para así decir discursos “desechables”; se las utiliza hasta que se gastan y jamás se las acumula. Simplemente, cuando caen en desuso –eso es, cuando no son aptas para circular- se las reemplaza por otras. Hay temas recurrentes en las bembas (por ejemplo, el de las libertades), pero sólo muy raramente bembas recurrentes. (…)






La cárcel política funciona como una máquina rigurosamente controlada y siempre perfeccionada de desinformación: Dicho en términos simples: ningún preso político sabe o, mejor ninguno debe saber lo que va a ocurrirle en el futuro inmediato. Futuro inmediato que, además, no se cuenta en semanas y días, sino en horas y en minutos. En cualquier momento puede ocurrirle cualquier cosa: ser cambiado de celda, de pabellón o de prisión, ser interrogado, castigado sin conocimiento de causa, etc. En cualquier momento su existencia puede ser imprevista y abruptamente transformada, y el abanico de posibilidades va desde la prisión hasta la muerte. (…) Es decir, el preso político no es como los otros, porque es alguien que sabe”; oscura conciencia de la íntima compenetración entre saber y poder (entre el Saber y el Poder); confesión, no me nos dura y vergonzante, de una cierta impotencia de la autoridad ante ese saber imposible de contrabalancear efectivamente y que la lógica carcelaria se contenta con tratar de neutralizar, impidiéndole ejercerse. (…)






La bemba es una información relativa, directa o indirectamente, a la situación presente o futura de los detenidos políticos, y carente de toda confirmación oficial. Este carácter incierto de las bembas es siempre explícito: en la jerga carcelaria se distingue nítidamente a la bemba de la llamada información “posta” (eso es, información verificada e indiscutible). Asimismo, desde el momento que una bemba se confirma o se desmiente, categóricamente desaparece como tal.






Para que una bemba “haga carrera”, es decir, circule, sea analizada, sopesada y, como ocurre casi siempre, transformada y reelaborada, debe reunir ciertas condiciones:






a) Debe ante todo parecer verosímil.






b) Es raro que la bemba circule entre “desconocidos”. Cuando una bemba logra atravesar los muros y llegar a otro pabellón, esto se debe a que el emisor y el receptor no son extraños el uno al otro.






c) En su enunciado mismo no debe aparecer ninguna huella que haga sospechar que el transmisor ocasional es la fuente originaria de la información (El “fabricante” de la bemba).






d) Tampoco puede adquirir el estatus de bemba una versión demasiado acompañada de garantías demasiado sólidas. La confiablidad total, tanto como el total escepticismo, son mortales para las bembas.






e) Hay bembas “POSITIVAS” y bembas “negativas”. Las primeras son más abundantes que las segundas. Toda bemba pesimista es contrabalanceada por una bemba optimista; en cambio, una bemba positiva no provoca necesariamente una bemba negativa. (…)






Cada versión de una bemba funciona así como una suerte de materia prima para un trabajo de reelaboración. La circulación de una bemba es siempre es siempre circulación productiva. Sin embargo, eso no es todo. También esa producción es productiva en un segundo sentido, en la medida en que obliga constantemente a recrear, a reinventar, sus propias condiciones materiales de ejercicio.






Las técnicas son variadas (dependen en gran medida de cada establecimiento penal): utilización del lenguaje de los sordomudos para comunicarse entre pabellones vecinos; empleo de las cañerías de las letrinas, previamente lavadas y desagotadas para enviar mensajes escritos; los jarros de aluminio del desayuno, utilizados como una suerte de “teléfonos”. Señalemos por último que, si bien el espacio de circulación de las bembas es fundamentalmente el medio carcelario, no se limita a él. Incluye a los allegados de los detenidos, quienes al cabo de un tiempo “entran en el juego” de su producción-circulación y de su consumo. (…)






Las bembas constituyen, por así decir, el grado cero de la resistencia interna de los presos políticos a la desinformación erigida en sistema. Que a menudo –aunque no siempre- esos discursos produzcan un simulacro, una caricatura, o una ilusión de saber, importa menos que la continua renovación de los circuitos ilegales de comunicación que la circulación de las bembas produce constantemente.






Para la clase de trabajos prácticos del viernes 29 de abril:






Estudiar:






En DISEÑO.COM:


capítulo 5: “Diseño y discurso”






En Módulo 1


“Discursos sociales”


“El sentido como producción discursiva”


en La semiosis social, de Eliseo Verón




TEXTOS COPLEMENTARIOS OBLIGATORIOS:



“Consideraciones sobre un gráfico de Eliseo Verón”, por Víctor M. Pezet Boeri.


“El diseño como producción de sentido”, por Néstor Sexe.


“La bemba”, por Emilio De Ípola.

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